ROBERT LOUIS STEVENSON
Robert Louis Stevenson pasó a la posteridad como autor de libros de aventuras, pero, por encima de todo, dejó una huella permanente en el imaginario colectivo con una serie de relatos y novelas imperecederos, protagonizados por unos personajes que siguen encarnando a la perfección los conflictos fundamentales de la naturaleza humana, y escritos con esa penetrante nitidez de la visión del genio: la misma que hallamos en todos los grandes escritores de la estirpe de Cervantes y de Shakespeare, que han logrado hacer el arte más inimitable desde el más inmenso y profundo sentido de la humanidad.
Las tres obras que recoge este volumen, ya leídas como relatos de terror o como fábulas morales, pues son ambas cosas, son representativas de la personalidad literaria de su autor, así como también un claro exponente de las cotas más altas de su imaginación y su talento. "El extraño caso del Doctor Jekyll y el señor Hyde" muestra la permanente fascinación que las ambigüedades morales ejercieron sobre Stevenson. Heredera de las "Memorias de un pecador" de James Hogg, pertenece por derecho propio a una estirpe de obras en las que lo fantástico sirve para aportar una perspectiva inédita sobre la condición humana que ya se hallaba en el Frankenstein de Mary Shelley, y sin la que no podría entenderse un inmediato descendiente victoriano como "El retrato de Dorian Gray" de Oscar Wilde. «Olalla» fue el fruto de un sueño, y ese poder catalizador de la conciencia irracional y onírica planea en su atmósfera. «Markheim» es un relato de la más refinada perfección técnica, en el que resuenan ecos del Macbeth de Shakespeare, donde el motivo tradicional del pacto diabólico pasa a convertirse en una historia de caída y redención.
«Stevenson fue consciente de las ambigüedades morales de la naturaleza humana y de las dificultades para trazar distinciones morales absolutas, que nunca le parecieron necesarias». David Daiches