ARGUEDAS ALTAMIRANO, JOSÉ MARÍA
Decía Gonzalo Torrente Malvido, que conoció a fondo
el lumpen, que El Sexto es la mejor novela sobre la
cárcel en lengua española, pero sobre esto y como
escribiera Mario Vargas Llosa, la prisión es solo un
medio, el decorado que usa Arguedas para representar
un drama que lo hostigó toda su vida y que, sin
duda, contribuyó a forjar la crisis que culminó con su
suicidio: el de la marginalidad.
En efecto, sobre el légamo de sordidez de la prisión,
por donde campan degenerados de toda laya, y
donde, por si fuera poco, se disputan enconadas batallas políticas entre apristas y comunistas por un
país que se halla a extramuros, despunta, como único
recurso para cualquier existencia posible, un lirismo
y una nostalgia, que dotan al relato de una vivacidad
y de una genuinidad, que no sólo lo convierten en
una de las novelas cimeras de la prosa hispana del
s. XX, sino una experiencia indeleble para cuantos la
han leído.
El autor José María Arguedas nació el 18 de enero de 1911 en Andahuaylas, y falleció el 2 de diciembre de 1969, en Lima, a consecuencia de su segundo intento de suicidio. Desde la muerte de su madre, cuando contaba apenas dos años, se enfrentó a una infancia y a una adolescencia errabundas, hasta que, en 1931,
con su ingreso en la facultad de Letras de la Unv. de San Marcos, se estableció en Lima. En 1937, al tiempo que recibía el título de Bachiller, fue apresado por participar en la algarada estudiantil contra la visita de un general de la Italia fascista. Fue confinado en El Sexto, penal de Lima, donde permaneció ocho meses; circunstancia que motivará, años después, la presente novela. Tras su libertad, empezó a trabajar como profesor de lengua española, pero su pasión por la cultura indígena le valió el ser nombrado, en 1942, Conservador General de Folklore. Posteriormente fue catedrático de Etnología en la Unv. de San Marcos (1958-1968) y de la Unv. Agraria La Molina (1962-1969). No obstante, sus intermitentes
y feroces depresiones, desde la década de los cuarenta, lo abocarán al suicidio en 1969.
Su obra narrativa no es sino el reflejo de su vida y sus pasiones, desde sus primeros cuentos de Agua(1935), pasando por la novela Yawar Fiesta(1941), hasta la celebérrima Los ríos profundos (1958), sin que desmerezcan en ambición las posteriores: El Sexto (1961), Todas la sangres (1964) y El zorro de arriba y el zorro de abajo(publicada póstumamente, en 1971). Grandes relatos que con el resto de su obra cuentística, escritos antropológicos y poemas, darán cuerpo y hondura a uno de los más formidables escritores de la lengua hispana.