SOBRINO, JON / MÁRMOL MARTÍNEZ, CHARO
Prólogo, de Charo Mármol1. En el Primer Mundo. Formación y estudios. El asunto de Dios2. De regreso a El Salvador. Irrupción de pobres y mártires. El asomo de Dios3. Comienzos de la enseñanza de la teología. El asesinato de Rutilio Grande y el encuentro personal con el padre Arrupe4. Temas irrenunciables5. Preguntas y respuestas directas y personales. Don Pedro Casaldáliga y el papa Francisco6. El legado de los mártires Legado Los jesuitas de la UCA, mártires jesuánicos Julia Elba y Celina, pueblo crucificado Un legado específico: una universidad de inspiración cristiana Un legado compartido: la Iglesia de los pobres ¿Qué país nos dejan?Un largo epílogo. Caminar con Pedro Casaldáliga, Mons. Romero e Ignacio Ellacuría, con Jesús de Nazaret y su Dios, humildemente, con esperanza y agradecimiento 1. Cómo poner punto final. Dos novedades impactantes de estos días Una novedad muy positiva: la canonización de Mons. Romero La otra novedad es trágica: sublevación y represión en Nicaragua 2. Las lagunas más importantes de estas conversaciones 3. «Al final Dios será todo en todos» 4. «Ya se ha consumado la unidad» 5. «Caminar» 6. Caminar con don Pedro Casaldáliga. «Para que los atascados se puedan reanimar» 7. Caminar, ¿con quién? 8. Caminar con Mons. Romero. «La gloria de Dios es que el pobre viva» 9. Caminar con Ignacio Ellacuría. «Con Monseñor Romero, Dios pasó por El Salvador» 10. Caminar con Jesús de Nazaret y su Dios. La buena noticia de Jesús.
Esta es una obra largamente trabajada, a través de años de correos electrónicos, encuentros y charlas, que ha fructificado en estas páginas. En ellas encontramos al Jon Sobrino hijo, hermano, teólogo, compañero, alumno... desde un punto de vista muy íntimo: Sobrino no solo habla de los pobres, sino de cómo él ha vivido su relación con los pobres; no solo habla de la teología de la liberación, sino de su camino al hacer esa teología; habla de Dios y de su relación con Dios; y por supuesto repasa a las personas que han marcado su historia: Rahner, Arrupe, Rutilio Grande, Romero, Ellacuría... "Lo que me queda muy claro -dice él mismo- es que, para caminar con el Dios de Jesús, hay que caminar con Jesús, con Monseñor, con Ellacuría, con hombres y mujeres que son buenos seres humanos".