Al final de Nueve cuentos malvados, Margaret Atwood advierte que usar la palabra «cuento» para una
narración breve lo aleja de cierto realismo social al tiempo que lo acerca al mundo del cuento popular,
los cuentos de hadas y los cuentacuentos de antaño. Atwood dibuja sobre esta premisa el terreno de
exploración literaria de esos nueve cuentos en los que aparecen vampiros, seres poseídos y fantasmas
mezclados con personajes y situaciones de la vida cotidiana. Así, una escritora de literatura fantástica
que ha enviudado recientemente sobrevive a una tormentosa noche de invierno guiada por la voz de
su difunto marido; una anciana aquejada por el síndrome de Charles Bonnet asume la presencia de las
criaturas liliputienses que ha creado su imaginación, mientras un grupo populista recién fundado se
congrega ante la residencia de la tercera edad donde vive para asaltar el recinto y prenderle fuego; una
mujer con una malformación congénita es tomada por un vampiro, y un estromatolito con mil novecientos
millones de años de antigüedad venga un delito cometido tiempo atrás.
En esta extraordinaria colección de relatos, Margaret Atwood, una de las escritoras más prestigiosas de
la actualidad, nos regala nueve cuentos inolvidables que revelan las facetas más grotescas y deliciosamente
malvadas del ser humano. En ellos, Atwood despliega su humor más tenebroso para presentarnos variaciones
sobre el tema de la vejez y la muerte. Por momentos estremecedores, siempre divertidos y llenos de
reflexiones, estos Nueve cuentos malvados confirman a la autora canadiense como una incisiva cronista
de nuestros impulsos más oscuros; su mirada cáustica, lúcida y de una gran humanidad es el elemento
esencial de una prosa implacable, un faro que no deja de iluminarnos en estos tiempos de zozobr