LA PASIÓN DE VIVIR

Un paseo matinal por la Casa de Campo de Madrid lleva a Antonio, publicista en paro, a ser testigo de la criminal y execrable prácticas de la trata de blancas, que de forma ingente allí se daba en los primeros años del 2000. Un paseo en principio intrascendente dará lugar, pues, a una delicada y problemática pasión, enraizada a la violencia, al amor y a la muerte, una vez que una oscura incidencia haga que Antonio se enamore de una de las jóvenes allí sometidas.

El autor de esta novela, en el hermoso y exhaustivo prólogo con el que se dirige al lector, pone especial énfasis en denunciar esa práctica criminal tan execrable y denigrante para el ser humano que explota la trata de personas, pues no hay nada más horrendo, dice, ni más digno de compasión para quienes las sufren, que las sevicias en total impunidad, pues a las víctimas se las quiere amedrentadas y embrutecidas hasta obtener de ellas la docilidad del animal, si es que antes no se suicidan. Dice antes, porque tras la alienación, tras la destrucción del espíritu, ya no se es quien se era, ni el mundo vuelve a ser ya el de antes, pues sólo se aspira a vivir, igual que lo haría un animal o un robot.

Tal trato bestial y despiadado, sufrido por muchas mujeres que vinieron a nuestro país engañadas, de muy diferentes procedencias, aun allende los mares de América Latina, está registrada en esta novela, y de qué manera, así como los métodos con que pudieron ser extorsionadas, al tiempo que se describe el tipo o la patología de la mujer proclive a ese mundo, o sea, las veleidades de la prostituta vocacional. Pues para todo hecho siempre hay factores que moralmente lo dan un sesgo u otro, dependiendo de sus causas y circunstancias. En este caso, hay una distinción clara, entre la perentoriedad del hambre, y la inclinación al vicio. En otras palabras, la seducción por el dinero fácil. He ahí la clave que nos abre a esta novela, cuyo movimiento interno se funda, en gran parte, en los movimientos inmigratorios propiciados por el orden económico global e intensificados en las dos últimas décadas en España.