DENIS DIDEROT
?Si alguna vez un fil?sofo ciego y sordo de nacimiento concibe un hombre a semejanza de Descartes, me atrevo a asegurarle, se?ora, que ubicar? el alma en la punta de los dedos; porque de all? provienen sus principales sensaciones y todos sus conocimientos?. En esta frase, dirigida a su misteriosa corresponsal de la Carta sobre los ciegos para uso de los que ven, queda admirablemente plasmada la tesis principal de la obra: que nuestras ideas morales est?n supeditadas a nuestros sentidos, heterodoxia que le vali? unatemporada en la c?rcel de Vincennes. A finales de 1740, al tiempo que se dedica a la Enciclopedia, el escritor y fil?sofo Denis Diderot, vuelve sus ojos a las ciencias experimentales. La operaci?n de una ciega de nacimiento le lleva a especular sobre la relaci?n entre lo que se ve y lo que se es