DAVID LAGERCRANTZ
Lisbeth Salander está preparada para la batalla final contra su hermana Camilla. Pero esta vez tomará la iniciativa e intentará liberarse del daño y el dolor de toda una vida. Ha estado acercándose a su objetivo: ha dejado atrás Estocolmo, lleva un nuevo peinado y se ha quitado los piercings. Podría pasar por una ejecutiva más. Sin embargo, las ejecutivas no ocultan una pistola bajo la americana, no son hackers expertas ni llevan cicatrices ni tatuajes que les recuerdan que han sobrevivido a lo imposible. Mikael Blomkvist, por su parte, está investigando la muerte
de un mendigo del que sólo se sabe que ha fallecido pronunciando el nombre del Ministro de Defensa del gobierno sueco y que guardaba el número de teléfono del periodista en el bolsillo. Mikael necesitará la ayuda de Lisbeth, pero para ella el pasado es una bomba a punto de explotar.