JIMENEZ REDONDO, J.C.
La posición mantenida por el gobierno Aznar en la guerra de Irak abrió una profunda ruptura en la sociedad española. La oposición llegó atal extremo, que muchos analistas llegaron a considerarla un incentivo para la realización del atentado terrorista del 11 de marzo de 2004.Para muchos, Aznar habría roto el consenso existente desde latransición, abandonado los intereses nacionales para enfeudarse a lapolítica exterior de los Estados Unidos y de su presidente George W.Bush. Sin embargo, ese apoyo político no fue ningún error. Fue laexpresión de la fase de maduración de un nuevo modelo de políticaexterior que arrancó en 1996 como parte de un proyecto político global de transformación y reforma de España. Un proyecto político integral, coherente dentro de su propia lógica, y tan ambicioso que acabótruncado no por ese desplazamiento hacia las potencias anglosajonas,sino por las insuficiencias en la transmisión de su verdaderadimensión y alcance. El gran error no estuvo en el diseño del modelo,sino en la comunicación de su significado. El error fue, en suma, lafalta de capacidad para incorporar a una parte impor