BELMONTE AGUSTIN
INDICE
A modo de prefacio
I
II
III
y IV
Antecedentes
Breve historia de mi madre
Mi predecesor
Y entonces nací yo
Los pequeños paraísos
La Calle Caravaca
Fotos
Casas
Mi casa
Las vecinas.
La Margarita.
Los demás vecinos
Los paraísos secretos
El Centimillo
La Escuela de los Depósitos
El Parque de Bomberos
El sarampión
La abuela ignorada
El Hogar
El Reformatorio
La Huerta de don Leopoldo
El perrillo
El nido
El mundo exterior
El paraíso expandido
La Escuela de don Simón y doña Josefina
El cine
Mis libros infantiles
La Rambla
Mis secundarios raros
El chiclo materno
Los paraísos imaginados
Los tebeos
Los monigotes
Los juegos
Las Fiestas del barrio
La Placeta del Pilar. La Calle Verbena
Y el futuro llegó sin avisar
El Examen de Ingreso
La Cueva de la Columna
El Instituto
Las bicicletas
La Escuela de Hostelería
Y vuelta al Instituto
Epílogo. La última Navidad
En esta narración se pretende construir, a través de diversas vicisitudes infantiles que transcurren en los años 50 y 60 del pasado siglo en un barrio concreto de Almería, una reflexión sobre la época. El Barrio Alto funcionaba entonces como un pueblo, en virtud del aislamiento del resto de la ciudad que le procuraban las dos Ramblas, de Belén y Amatisteros. Pero en su seno albergaba una serie de enclaves que fueron vitales para el desarrollo de la infancia de los chavales barrialteros y que conferían a los vecinos de la zona un carácter y un estilo propio de entender la vida y de convivir: la Parroquia de San José Artesano, el Hogar José Antonio, el Parque de Bomberos diseñado por Guillermo Langle en los años veinte, el Reformatorio de Menores, la Escuela de Párvulos Ramón y Cajal, los Depósitos de Agua Municipales, la Huerta de don Leopoldo Cada uno de esos lugares, y todos juntos, constituyeron ese gran paraíso perdido que fue el mismo Barrio Alto para los niños y jóvenes que en sus callejas vivimos, jugamos y crecimos inocentes y libres, cuando no teníamos pasado y el futuro, sencillamente, no existía.