CARRILLO ALONSO, ANTONIO
Carboneras se convierte en esta novela en un espacio mágico, del alma, en un talismán absoluto que justifica de algún modo las grandezas y sinsabores del mar, desde una "nombrá" (una buena pesca, casi record guinness) hasta la muerte y la "ruina" como puede producirse en un temporal o en un naufragio.
A través de una saga familiar de Carboneras, se retrata a los pescadores del Sur del periodo 1920-1980. Se describe una lucha terrible por el pan, por la subsistencia, desde las idas 'andando' a hacer 'la siega' a las Andalucías, la emigración a Francia o a las almadrabas de la zona del Estrecho, o yendo en faluchos de madera hasta la Isla de Alborán o la costa de Marruecos para conseguir traerse el barco cargado hasta arriba de pescado.
En las coordenadas 36º 60 Norte y 1º 53 Oeste, en medio de un paisaje donde la placidez de las calas solitarias contrasta fuertemente con la aridez de los acantilados y de los materiales volcánicos, se halla un pueblo blanco de marineros llamado Carboneras. De él salieron pescadores que fueron reconocidos por todo el Mediterráneo y que vivieron con el sueño permanente de las playas donde empezaron sus vidas con las jábegas: el Algarrobico, los Muertos, la Galera, las orillas que miran a la isleta de San Andrés
A través de las páginas de esta narración, encontramos la trayectoria vital de un pescador de Carboneras, Jesús, y de sus dos hijos mayores, Pedro y Simón. En ese recorrido, que va desde los primitivos trabajos en las jábegas del pueblo hasta las almadrabas del Atlántico andaluz, la emigración al extranjero, los conflictos en los caladeros marroquíes y las constantes luchas a veces dramaticas contra mares enfurecidas en condiciones que hoy nos parecen inverosímiles, hallamos una parcela de la intrahistoria de Carboneras y Almería, y de los pescadores andaluces en general, que quizás no ha sido tratada hasta ahora en lo que tiene de dimensión humana y verdaderamente épica.
Y cubriendo esa vida de sufrimientos y de luchas contra temporales en la mar, encontramos conmovedores comportamientos de esperanza y dignidad ante la pobreza, y ejemplos hermosos y nobles de una amistad del corazón que sólo acabará con la llegada de la muerte.