CÁMALICH MASSIEU, MARÍA DOLORES / MARTÍN SOCAS, DIMAS
INTRODUCCIÓN
El estudio de la transformación general que afecta al sureste de la Península Ibérica, y más específicamente a la zona de la depresión de Vera y la cuenca del río Almanzora, desde los inicios de la
producción hasta el desarrollo de las formaciones sociales complejas de la Edad del Bronce, ha
conocido un cambio muy sustancial desde que los hermanos Siret publicaran los primeros resultados de sus trabajos (SIRET, E. y L. 1890). Sin embargo, a pesar de estos progresos, estamos lejos de
tener el nivel de conocimientos adecuado para entender la dinámica histórica desarrollada por entonces en este área.
Los problemas pendientes son muchos, pero se pueden destacar dos, estrechamente interrelacionados,
que se centran en la llamada colonización agrícola de las tierras bajas almerienses, tanto en lo que se
refiere a su origen, a las causas que la impulsan, las características de su desarrollo y cómo éste va a
conformar el sustrato sobre el que se asentarán las poblaciones metalúrgicas posteriores. El segundo
problema deriva del anterior, pues se centra en el origen de la metalurgia en la región y el papel que
tiene en este proceso el territorio específico en estudio.
En el análisis de todos estos factores, la investigación ha concedido, tradicionalmente, una gran
importancia al medio ambiente, y el criterio casi general ha sido el de aceptar como válidas unas
circunstancias del entorno muy similares a las actuales, caracterizadas por un dominio del clima
árido o semiárido, con un paisaje desforestado y afectado por una acción erosiva muy activa
(GILMAN, A. y J.B. THORNES 1985). Sin embargo, este planteamiento no parece correlacionarse
exactamente con los datos paleobiológicos que se poseen de esta región, pues apuntan hacia un
entorno ambiental un poco más húmedo que el actual (RODRÍGUEZ ARIZA, Mª O. 1992; 1996:
73-83; PANTALEÓN-CANO, J. et al. 1996: 29-34)
