CIEMAT
En este año de 2019, la Sociedad Española de Arcillas (SEA) celebra su Jornada Científica con un doble objetivo. Por una parte, como es habitual, cubrir el periodo entre dos reuniones de mayor duración (la Reunión Científica y la International Clay Conference), dando soporte a la posibilidad de que los socios puedan reunirse para mantener el contacto y celebrar la asamblea anual. Pero, además, en esta ocasión, la Jornada es fundamentalmente un homenaje al Profesor Rausell Colom.
Como todo acontecimiento de este tipo, la Jornada tiene un carácter agridulce, ya que permite recordar y celebrar la importancia científica y el valor personal de una figura tan valorada y una persona tan querida y apreciada como José Antonio Rausell Colom. No me voy a extender más sobre su figura, pues este libro contiene las semblanzas que personas mucho más autorizadas que yo han realizado: Eduardo Ruiz Hitzky, desde el punto de vista científico, y sus hijas, desde el personal. La SEA agradece sincera y calurosamente ambas aportaciones. Como presidente sólo me queda añadir que para la Sociedad ha sido un honor haber contado con su presencia como miembro destacado, y poder organizar este homenaje.
La Jornada se celebra en momentos críticos para la ciencia, si es que alguno no lo es. No es la primera nota introductoria, entre las escritas por quienes me han precedido como presidentes, que se refiere a este aspecto, pero lo más grave es que no será la última. La COSCE, con más representatividad y audiencia, dado su carácter como sociedad de sociedades, ha insistido en sus análisis en que las actividades científicas tienen una enorme inercia, en el sentido físico de la palabra; es decir, un trabajo científico necesita varios años desde su concepción hasta su difusión y un investigador varias décadas para formarse y toda la vida para madurar. Por tanto, las constantes aceleraciones y frenadas a la que la someten los vaivenes y modas políticas no sólo le hacen un daño incalculable sino que son, en sí mismos, incompatibles con su naturaleza.
Esto se ha reflejado, tras la denominada crisis económica, sobre todo en la injusta y negligente pérdida de la mejor generación de científicos que la ciencia española ha generado. Ha sido injusto con ellos, con quienes los hemos formado y con la sociedad que lo ha costeado. Ha sido negligente porque ese gasto no servirá para nada si no se remedia en un plazo muy corto.
Aún estamos a tiempo, pero queda poca prórroga antes de que esas personas tan brillantes cambien definitivamente su idea sobre de donde se sienten. Por eso, la Sociedad Española la Arcillas quiere aprovechar una vez más esta ocasión para hacer un llamamiento urgente a la cordura, que permita adoptar las medidas necesarias para su recuperación. Déseles una oportunidad y nos mostrarán el significado auténtico de lo que es sentirse español y el valor de la Ciencia en España.
No por evidente, se puede dejar de expresar nuestro agradecimiento a los compañeros del CIEMAT y de la UAM que, con su trabajo e ilusión han hecho posible esta reunión y, especialmente, a Ana María Fernández Díaz, por llevar el timón de forma tan constante y eficaz.
Cerrando por donde hemos empezado, la Jornada es fiel al homenaje al Profesor José Antonio Rausell Colom, con un número muy importante de comunicaciones a las que él se sentiría muy cercano, reflejando que su impulso inercial está muy vivo. No son exclusivas, por supuesto. Como a él le hubiera gustado, las múltiples caras de las arcillas, en el sentido de orientaciones, están bien representadas, como reflejo del carácter interdisciplinar de su ciencia y por ende de su Sociedad.