CIEMAT
La visión de la economía del hidrógeno se basa en la expectativa de que el hidrógeno pueda producirse a partir de recursos autóctonos, de forma económica y medioambientalmente aceptable y en que las tecnologías de uso final del hidrógeno ganen una cuota de mercado significativa.
El hidrógeno como vector energético ha experimentado ciclos de atención creciente y decreciente cual montaña rusa. Así, en los años 70, coincidiendo con la crisis del petróleo, se produjo una época dorada en el que surgió un interés hasta que bajaron los precios del crudo. Hubo un nuevo resurgir en los noventa que en la primera década del siglo XXI decayó, como en otros tantos sectores debido a la crisis económica.
Actualmente, sin embargo, se observa a nivel mundial una situación y un impulso político y empresarial sin precedentes. Países como Japón han realizado una apuesta estratégica sólida por el hidrógeno como energía de futuro tal y como quedó patente durante el encuentro de ministros de Medio Ambiente y Energía del G-20 en junio de 2019. Estados Unidos y la Unión Europea mostraron su disposición para cooperar en acelerar las tecnologías del hidrógeno y permitir su despliegue a gran escala.