VARIOS AUTORES
Fiel a la vocación grabada en su ADN Litoral alumbrará en su primera entrega de 2024 otro
número relacionado con el mar. Con anterioridad, por sus páginas desfilaron marinerías como
Pasajeros (2000), La poesía del mar (2001), Líneas marítimas (2012), Agua (2015), Islas (2018) y
El Mediterráneo (2021). Ahora es el turno de los cíclopes marinos: los faros.
Torres dormidas de día, palmeras de luz, brújulas brillantes, los faros son tan antiguos como la
navegación. Su primera forma era sencilla, pero efectiva para cumplir el cometido asignado: unas
fogatas avisaban de la proximidad de la costa. Hay constancia de ellas en pasajes de la Ilíada.
El fuego atraía la atención de los navegantes como los cantos de las sirenas intentaron cautivar la
mirada de Ulises. Y es la mitología la que nos ha transmitido dos de las torres de referencia de la
Antigüedad grecorromana: el Coloso de Rodas y el Faro de Alejandría. Con ellos abriremos este
número, diseñado con los mejores recursos literarios (poemas, fragmentos de novelas y memorias,
microrrelatos) y plásticos (pinturas, esculturas, dibujos).
Aunque hoy van siendo desplazados por los modernos sistemas de navegación y geolocalización,
todavía conservan el aura romántica de sus mejores épocas. Se diría que su próxima desaparición
como elementos de orientación favorecen el aumento de su prestigio y de su fuerza de atracción.
Y sucede lo mismo con sus guardianes, los fareros, quienes protagonizarán uno de los capítulos más
significativos del monográfico: su modo de vida, sus tareas y sus miedos.
Sabremos cómo se levantaron los primeros faros del mundo moderno y cómo se construyen en la
actualidad gracias a la labor conjunta de ingenieros y arquitectos. Haremos asimismo un repaso a las
películas que se rodaron en torno a estos Polifemos del mar.
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