GRAMSCI, ANTONIO
Un delicado cuento para estimular el pensamiento crítico y el sentido comunitario desde la primera infancia.
Desde la cárcel, Antonio Gramsci escribió muchas cartas a su mujer. En una de ellas
le comparte un cuento para que se lo lea a sus hijos: el de un ratón que se bebe la
leche del desayuno de un niño. Cuando el niño despierta y llora de hambre, el ratón,
apenado, pide leche a la cabra, que no puede dársela si no pace antes. Pero el
prado no tiene hierba, ni la fuente agua... todo está destrozado por la guerra y la
especulación. El ratón promete en nombre del niño que plantará árboles cuando
sea mayor. Todo el mundo se pone a trabajar para que el niño pueda desayunar...
y el pueblo recupera su vida.
Una breve fábula que muestra cómo lo más pequeño está
conectado con lo más grande, y cómo son los pequeños
quienes pueden impulsar grandes cambios en el mundo.