ISHII,ASUKA
Aoshima, una isla rebosante de luz, olas y viento... Tatsumi, que havuelto a su pueblo natal convertido en maestro, poco a poco se vaacostumbrando a las visiones que escapan a su lógica y a lassensaciones que florecen en su interior. Es como si la vida a sualrededor estuviese cambiando paulatinamente de color.