Un mundo suspendido en el tiempo, pero a punto siempre de la catástrofe.«Una escritora maravillosa, brillante, salvaje. La admiro profundamente.» Susan Sontag «Profundamente turbadora, obstinada en sus temas, con personajes que alternan un cruel nihilismo y un falso candor infantil, un instinto de huida de la vida normal y de las reglas asfixiantes de lo cotidiano, así es Fleur Jaeggy, cuyo nombre es comparable a los de la brasileña Clarice Lispector y la alemana Ingeborg Bachmann, las autoras posiblemente con una obra más potente y original de la segunda mitad del pasado siglo.» Mercedes Monmany, Abc Cultural «Deliciosamente maligna y a todas luces distinta.» Enrique Vila-Matas «Es de esas escritoras que cuentan las cosas que un lector se calla a sí mismo.» Matías Serra Bradford, Revista Ñ (Clarín) En un lugar impreciso de Inglaterra, Jane y Rachel, dos niñas que parecen surgidas de una fotografía de Lewis Carroll, conversan bajo la mirada perpleja de su tutor, Botvid, quien, más bien, cumple la función de sirviente. Arrogantes, severas y melancólicas, viven voluntariamente recluidas en un ambiente opresivo